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Documentando el “queerness” en el medio oeste

Documentando el “queerness” en el medio oeste

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Si usted creció en Chicago, usted sabe que caminar por el centro de la cuidad con sus audifones puestos se siente como una mordida de un fresco dona de Krispy Kreme. Para José Quinones, un estudiante en la secundaria, su playlist para estos paseos incluye a Panic! at the disco, All american rejects y System of a down, para nombrar algunos. Estos paseos le dieron a Quinones la oportunidad de conectarse a su iPod nano de plata y afinar los pensamientos y la incertidumbre de su identidad sexual.

Al pensar de las experiencias de LGBTQ, muchas de las historias se centran alrededor de las costas, viniendo de lugares como Nueva York o Los Angeles, no el medio oeste. Con esto en mente, se desarrolló una antología llamada “Sweeter Voices Still: An LGBTQ Anthology from Middle America”.

Quinones comienza su contribución a la antología regresando a sus lectores a una época en la que tuvimos que esperar a que nuestros iPods se cargaran. Ahora, de 30 años, Quinones vive en Cicero, es un alumno de DePaul y es abiertamente “queer”. Su ensayo se trata de lo que es ser un adolescente latinx en la ciudad y detalla su lucha de revelar su identidad a padres mexicanos tradicionales y religiosos.

“Recuerdo haber crecido y pensando, ‘literalmente hay algo mal conmigo’”, dijo Quinones.

Su ensayo personal, “Kindergarten”, es incluido en la antología recientemente lanzada, con más de 70 piezas centradas en “queerness” en el medio oeste.

José Quiñones y su madre, Evelia, fuera de su casa en Cicero. Foto por Jocelyn Martinez-Rosales (14 East)

 “[Se trata de] pensar en el ‘queerness’ en diferentes lugares además de las costas”, dijo el editor de libros Kevin Whiteneir Jr. “Muchas voces ‘queer’ vienen de Nueva York o los Ángeles y eso está dando forma a lo que la gente piensa sobre el ‘queerness.’”

Ser intencional es lo que Whitenier dijo dio forma al libro. Ser estricto con qué piezas a incluir llevó a la inclusión de varios idiomas además del inglés, permitiendo una representación más diversa de antecedentes. 

“Si no más usamos las solicitudes que recibimos, el libro habría sido en su mayoría blanco, sobre todo femenino, sobre todo cisgénero. Habría sido muy monolítico,” dijo Ryan Schuessler, editor de “Sweeter Voices Still.”

Schuessler y Whiteneir son una pareja que vive en Chicago y la idea de una antología les llegó mientras que estaban de vacaciones. En abril de 2019 enviaron su primera convocatoria de presentación. 

Como lo dice Whiteneir, “dos más personas ‘queer’ del medio oeste buscando a otras personas ‘queer’ del medio oeste.”

Los dos obtuvieron más de 200 solicitudes, lo dificil siendo el elejir de las entradas. El ensayo de Quinones fue uno de los pocos seleccionados para ser incluidos en la antología.

Las palabras de Quinones recuerdan esa etapa incómoda en la escuela secundaria cuando estamos tratando de descifrar nuestras vidas. Su ensayo está fijado en una tarde lluviosa, el día en que su mamá le dice que sabe que es gay. 

“Sería tan dramático”, dice Quinones, añadiendo que “esencialmente me dijo que siempre había sabido. Ella sabía desde que era chiquito”. 

Aunque no soy “queer”, el ensayo está lleno de anécdotas que pegaron mi corazón como una americana de primera generación.

Los detalles de la narración, junto con la sinceridad, son lo que trabaja tan bien y crea un precedente para el resto de las piezas en la antología. 

Este será el primer ensayo publicado por Quinones, un logro que elora a su mamá, Evelia. 

“Eso es normal, a mi me da gusto”, dijo Evelia, refiriéndose a la sexualidad de su hijo.

 

Foto titular por Phoebe Nerem